sábado, 21 de julio de 2007

La Concepción del Hombre desde la Perspectiva de la Teoría de las Organizaciones

Por Morelia Montilla

Al hacer un recorrido por las diferentes teorías de la organización que han surgido a los largo del tiempo, podemos interpretar que su evolución está directamente relacionada con el desarrollo alcanzado por el hombre en cada uno de los sistemas sociales por los que ha transitado, encontrando en cada una de estas teorías una concepción distinta del hombre, adaptada al contexto vivido para la época. Es así como se habla del hombre económico en el enfoque clásico de la administración, concebido bajo la idea de que toda persona está motivada únicamente por los beneficios salariales, económicos y materiales, por lo que éstos son considerados un factor determinante en los esfuerzos individuales de los trabajadores y hace que lleguen al máximo de su productividad, lo cual resulta altamente beneficioso para la empresa, porque genera mayores ganancias a quienes son sus dueños, pero a costa de la explotación, aprovechamiento y desgaste de sus trabajadores, lo cual hace que haya un total desequilibrio entre obrero-patrón, producto de la estrecha visión que se tenía sobre la naturaleza humana para la época de la revolución industrial. Sus representantes principales fueron Frederick W. Taylor (Administración Científica) y Henri Fayol (Enfoque Anatómico),
Como producto de la deshumanización en el trabajo, surge la necesidad de proponer una perspectiva que considerará la parte humana en las organizaciones; de allí se deriva el enfoque humanístico que apunta al estudio del hombre y su grupo social dentro de las organizaciones empresariales. Dentro de este enfoque se encuentra enmarcada la teoría de las relaciones humanas, de donde emerge la concepción del hombre social, cuya actuación está influenciada por normas y valores de los grupos sociales de los que forman parte y van a determinar su desempeño en el entorno organizacional, esta postura considera al hombre como ser social que tiene necesidad de establecer contactos sociales en el trabajo, formar parte de un grupo y participar dentro él, la convivencia y las experiencias compartidas con sus compañeros representa una de las fuentes principales de satisfacción en el trabajo. Los primeros teóricos de esta corriente fueron Mary Parker Follet, Elton Mayo, Kart Lewin.
Los extremos manejados tanto en la teoría clásica de la administración, como en la de las relaciones humanas, provocó el surgimiento de la escuela estructuralista, compuesta por la teoría de la burocracia de Max Weber que pretendió ser la teoría de la organización que llenaría el vacío dejado por el mecanicismo clásico y el romanticismo humanista, pero su falta de flexibilidad e innovación dificultó su aplicación en las empresas y emergió la teoría estructuralista que vino a representar una síntesis de la teoría clásica y la de relaciones humanas; bajo esta perspectiva se caracteriza al hombre organizacional, capaz de participar simultáneamente en varias organizaciones, además de ser flexible ante los cambios de la vida moderna, paciente ante las frustraciones para evitar desgaste emocional, capaz de diferir recompensas y adaptarse al trabajo rutinario, además de su permanente deseo de realización. Los principales pensadores de esta corriente fueron Amitai Etzioni, Robert K. Merton y Peter Blau.
La necesidad de considerar la relación de las organizaciones con el entorno en el que se desenvuelven, lleva al estudio de las mismas a través del enfoque sistémico, el cual implica analizarlas como sistemas abiertos que intercambian constantemente materia, energía e información con el ambiente, permitiendo así reconceptualizar los fenómenos dentro de un enfoque global o total y reconociendo la importancia de las relaciones entre las partes para alcanzar el propósito del todo. Dentro de esta visión sistémica se conceptualiza al hombre funcional, como aquel individuo que desempeña una determinada función dentro de las organizaciones y se interrelaciona con los demás como un sistema abierto. En sus acciones, conformada por un conjunto de roles, mantiene expectativas en cuanto al rol de los demás participantes; procura intercambiar información con ellos en cuanto a las funciones que realizan, para lograr con esta interacción cambiar o reforzar los roles que les toca desempeñar. Entre los principales exponentes de esta teoría se destacan: Ludwing Bertalanfy, James Rosenzweig, Richard Jonson, Fremont Kast, Daniel Katz, Robert Kahn.
Avanzando en el estudio de las organizaciones como sistemas abiertos nace la teoría situacional, que trata de comprender las relaciones existentes entre la organización y su ambiente, hace énfasis en la naturaleza multivariada de las organizaciones e intenta comprender cómo operan bajo diversas condiciones y en circunstancias específicas. Uno de los aportes más importantes de este enfoque radica en la identificación de las variables que producen mayor impacto sobre la organización, como son el ambiente y la tecnología, las cuales influye en su estructura y en sus procesos internos. En cuanto a la naturaleza humana, esta postura maneja la visión de hombre complejo con valores, percepciones, características personales y necesidades que mantienen su equilibrio interno ante las exigencias que emergen de las fuerzas del ambiente externo. Además de complejo, el hombre también es variable, por cuanto sus motivaciones están jerarquizadas y sujetas a cambios, dependiendo de la situación y el momento. Como el ambiente en el futuro se perfila cada vez más incierto y turbulento, exige del individuo mayor flexibilidad, capacidad de adaptación y actualización constante de sus conocimientos, por lo tanto, exige un hombre con competencias, enmarcadas dentro de procesos integrales y sistémicos, centradas en la visión de la parte y del todo, donde se reconozca la humanidad de cada integrante de la organización, que aborde la realidad en sus múltiples dimensiones para así, superar la tendencia de concebirla de manera fragmentada. Los principales teóricos de este enfoque fueron William Hill, William Sarbuck, Tom Burns.
Es así, como la concepción del hombre desde la perspectiva de las teorías organizacionales, son producto de la evolución que ha presentado la administración a través del tiempo, dando respuesta a las características del entorno presentes en cada momento histórico en las que han surgido. En este sentido, los procesos de desarrollo organizacionales no han estado exentos de los cambios ocurridos en el contexto, por ello han requerido la aplicación de diferentes métodos adaptados a cada época, para que así la teoría administrativa esté en constante expansión y vaya ampliándose de modo progresivo.

3 comentarios:

pedro dijo...

muy buen aporte, me sirvio, mucho para un trabajo en la Escuela de Administración (Uruguay), gracias.

S dijo...

Interesante explicación antropológica de las teorias de la organización.

S dijo...

Interesante explicación antropológica de las teorías de la organización.
Segundo Hoyos Rivas (Perú)